EL JUEGO COMO ENGAÑO ELECTORAL

El juego está siendo utilizado torticeramente por agrupaciones políticas y colectivos vecinales como pieza de alboroto y sin el menor rigor.

Estamos inmersos en las campañas electorales para las autonómicas y municipales que ha entrado en su tramo final. No es de extrañar que los partidos políticos que aspiran a gobernar los ayuntamientos incluyan en sus pronunciamientos y manifestaciones al juego como reclamo electoral. Es uno de los temas que se está utilizando, principalmente por parte de los partidos de extrema izquierda, como elemento de agitación vecinal, de soflama en boga que, debidamente aderezada y manipulada cala en la ciudadanía, y de pieza de escándalo que demanda de la intervención urgente de los nuevos consistorios. Todo ello derivado de un ambiente previamente caldeado sobre el que se viene actuando con machacona insistencia desde hace meses.

Pensamos que los planes de actuación municipal tienen en la mayoría de los casos problemas de enjundia y gravedad muy superior a los derivados del juego. Que se obvian de manera deliberada para enfocar los asuntos bajo el prisma del populismo más descarado. Con ser esto grave lo que subyace en éstas soflamas electoralistas es que se falta a la verdad con descaro y sin vergüenza, que se miente a sabiendas diciendo cosas y proponiendo medidas a adoptar sobre el juego que de buenas a primeras no son realizables. Porque violentan la regulación autonómica de la actividad, porque atentan contra la legalidad jurídica, porque son un verdadero dislate que no encuentra el imprescindible refrendo de la ley.

El juego está siendo utilizado torticeramente por agrupaciones políticas y colectivos vecinales como pieza de alboroto y sin el menor rigor, como engañoso cazavotos que pone de manifiesto la desfachatez y el escaso escrúpulo con que se desenvuelven determinados actores en el enfangado y maloliente terreno electoral.

FUENTE SECTOR DE JUEGO